jueves, 14 de febrero de 2013

¿Es conveniente prohibir el uso de las redes sociales en el trabajo?


Hay diversos estudios que indican que los trabajadores dedican un 10% de la jornada laboral en las diversas plataformas sociales. ¿Se convierte eso en una disminución de productividad?

Veamos cómo suelen proceder las empresas:

1.- Prohibición total de uso particular de redes sociales, internet y mail, para que no disminuya la productividad, la concentración y controlar el tiempo de trabajo.

2.- Uso con limitaciones a través de protocolos de actuación donde se indica, por ejemplo, qué tipos de redes se pueden usar, se limita el acceso a determinadas páginas de internet y correo privado. Para ello, se instala un software que bloquea el acceso a aquellos sitios no autorizados y se suele recomendar las horas de uso  (descansos, después de la jornada laboral, etc.). De esta forma el trabajador sabe cómo actuar y las consecuencias de esa limitación.

3.- Uso ilimitado de las redes sociales, ya que se piensa que es contraproducente acotar la utilización de internet y tratar de restringir el acceso a una realidad palpable. Suelen ser empresas que trabajan por objetivos y donde no prima el tiempo de presencia sino los resultados conseguidos.

No olvidemos que Internet y las redes sociales son canales muy dinámicos y que se pueden utilizar para posicionar productos en el mercado, interactuar con clientes y proveedores, y conocer a la competencia. También nos puede ayudar a detectar oportunidades de negocio y, cada vez más, se consideran una estrategia de comunicación.

¿No crees que eso puede ser positivo para algunos sectores y que, además, los propios empleados pueden ayudarnos a difundir la imagen de marca?

Los clientes, proveedores o inversores buscan, cada vez más, información en las redes sociales. Existe un intercambio dinámico de conocimiento y es una buena forma de detectar si existe publicidad negativa de nuestro producto o servicio. En estos casos, las  empresas conciben ese tiempo empleado por los trabajadores como una INVERSIÓN y no como un coste.

¡Las políticas totalmente restrictivas hacen que los empleados se sientan atacados o fiscalizados y que busquen otras alternativas! Hoy en día casi todo el mundo tienen móviles inteligentes, con acceso a internet; por tanto, ¿debemos ponerle “puertas al campo”?

¿Y tú qué opinas?

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Ten clara la estrategia de la empresa, los objetivos y la forma de conseguirlos. Luego te será mucho más sencillo decidir cuál debería ser el uso adecuado de las redes sociales de tus trabajadores.

Sea cual sea la decisión que la empresa tome al respecto, no olvides establecer un protocolo donde quede claro las normas de utilización y las consecuencias de no cumplirlas. Además, si existiese limitación en el uso, dichas reglas son una buena base de argumentación en futuros conflictos.


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